Tras
la carestía del papel higiénico, al parecer ya superada, lo que ahora escasea
en Venezuela es el vino para celebrar misa. La Conferencia Episcopal de este país ha publicado
recientemente en el semanario católico La Iglesia Ahora un
comunicado en el que explica la “extrema necesidad” para encontrar el vino
adecuado, la dificultad para importarlo por falta de divisas .
El
comunicado está firmado por Freddy Jesús Fuenmayor Suárez, obispo de la
diócesis de Los Teques (en el Estado de Miranda) y presidente de la Comisión de
Liturgia; el obispo castrense para Venezuela, José Hernán Sánchez Porras, y
Ramón Aponte Fernández, Obispo de Valle de La Pascua (Estado de Guárico).
Consta de cinco puntos:
1.
Debido a que Industrias Pomar, la fabricante del vino Ecclesia, que está
autorizado en Venezuela para la celebración de la Eucaristía, no puede
garantizar la producción constante y distribución regular por la falta de
algunos insumos para embotellar dicho producto.
2.
Debido a la dificultad de obtención de divisas por parte de los agentes
importadores para traer vino de misa de otros países.
3.
La Comisión Episcopal de Liturgia, Música y Arte Sagrado; Pastoral de
Santuarios, Peregrinaciones y Causas de Los Santos, a tenor de lo establecido
en el No. 322 de la Instrucción General del Misal Romano: “El vino para la
celebración eucarística debe ser “del producto de la vid” (cfr. Lc 22, 18),
natural y puro, es decir, no mezclado con sustancias extrañas”, sugiere a todos
los Obispos de Venezuela, que de ser imposible la obtención del vino para misa
certificado por otra Conferencia Episcopal, se use un vino que sea lo más puro
y natural posible.
4.
El vino que se comercializa en algunos lugares como vino judío, en la mayoría
de los casos no puede ser válido su uso, pues al mismo se le agrega azúcar para
endulzarlo. De igual forma ningún tipo de vinos espumosos, aromatizados,
quinados, a base de frutas distintas a la uva o para cocinar.
5.
En extrema necesidad y hasta que esta coyuntura de producción y distribución de
vino de misa por parte de Industrias Pomar, y la imposibilidad de importarlo se
solventen, se podrían usar provisionalmente vinos chilenos o argentinos (blanco
o tinto), de buena calidad (los franceses, españoles e italianos también, pero
son muy costosos).
Venezuela
es un país católico pero la Iglesia no ha tenido nunca demasiado poder
político. Ahora hasta un sacramento como el de la comunión se ve afectado por
la carencia de productos básicos que sufre la población .
Fuente
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