Por John Blake, CNN
(CNN) — Cuando Peter
Sprigg habla públicamente sobre su oposición a la homosexualidad algo extraño
sucede a menudo. Durante sus discursos, la gente pide la palabra para desafiar
sus afirmaciones de que la Biblia condena la homosexualidad, pero ningún
cristiano lo defiende.
"Pero después de que
termina, se acercan para hablar y susurrar en mi oído: ‘Estoy de acuerdo con
todo lo que dijo’”, dice Sprigg, vocero para el Consejo de Investigación de la
Familia, un poderoso grupo conservador cristiano.
Hemos escuchado que algunas
personas mantienen su homosexualidad en secreto por miedo al rechazo público.
Pero Sprigg y otros evangélicos dicen que está emergiendo una nueva víctima:
los cristianos de closet que creen que la Biblia condena la homosexualidad pero
no lo dicen públicamente por miedo a ser juzgados o calificados como
intolerantes.
Como prueba, el vocero destaca la
polémica causada recientemente por un comentarista de ESPN. Chris
Broussard fue señalado como un fanático y promotor de un discurso de odio
cuando dijo que Jason Collins, el jugador de la NBA que reveló su
homosexualidad, vivía en una "rebelión abierta con Dios".
Según Broussard, Collins
"vivía en un pecado impenitente" porque la Biblia condena la
homosexualidad.
“En la cultura actual, alguien
como Chris Broussard necesita más valor para expresarse que alguien como Jason
Collins para revelarse", dijo Sprigg, un expastor. "Los medios
enaltecen a alguien que sale del closet como gay, pero alguien que simplemente
expresa sus puntos de vista religiosos sobre la conducta homosexual es
atacado".
¿Cuándo el desacuerdo se
convierte en odio?
Bryan Liftin, un profesor de
Teología del Instituto Moody Bible de Illinois, dice que los cristianos deben
tener la libertad de decir públicamente que Dios creó el sexo para que se
llevara a cabo en un matrimonio entre un hombre y una mujer.
“Eso no es indignante”, explica
Litfin. “Nadie expresa odio contra los homosexuales al decir eso. ¿Desde cuándo
el desacuerdo es lo mismo que el odio?”.
Pero citar a la Biblia no protege
a nadie de convertirse en un intolerante o en alguien que odia, según algunos
académicos. Hay un punto en el que la oposición de los cristianos a la homosexualidad
puede caer en el fanatismo, e incluso en un discurso de odio, señalan.
El cruce de esa línea ha
ocurrido en muchas ocasiones en la historia. La interpretación literal de la
Biblia ha justificado actos como la esclavitud, la subyugación de la mujer y el
antisemitismo, dicen académicos y pastores.
"El discurso que realmente
daña no puede ser excusado solo porque expresa una creencia religiosa
genuina", dice Mark D. Jordan, autor deRecruiting Young Love: How
Christians Talk about Homosexuality.
"Algunas creencias
religiosas, sinceramente expuestas, son detestables. No pueden decirse sin
afectar la paz social”, señala Jordan, profesor en el Centro de Religión y
Política John Danforth, de la Universidad de St. Louis.
Pero tanto académicos como activistas
concuerdan con que el punto en que el discurso religioso se convierte en un
discurso de odio aún está por definirse.
El Centro de Leyes de Pobreza del
Sur, en Alabama, es una organización sin fines de lucro que lucha por los
derechos civiles, combate y monitorea los grupos de odio. Hace tres años
designó al Consejo de Investigación de la Familia, al cual pertenece Sprigg,
como un grupo de odio, una etiqueta que ellos rechazan.
Mark Potok, vocero del Centro,
dice que no hay una definición compartida sobre el discurso de odio.
“No hay un significado legal.
Solo es una frase”, dice Potok. “El discurso de odio está en el oído del
público”.
‘¿Una de las minorías más
odiadas?’
La intolerancia puede ser difícil
de definir, pero algunos evangélicos dicen que se han vuelto víctimas de ésta a
causa de su veneración a la Biblia.
La cultura mediática conservadora
está llena de historias sobre evangélicos etiquetados como
"extremistas" por su creencia de que la homosexualidad es un pecado.
Y su sentido de persecución va
más allá de una postura sobre la homosexualidad. Circulan reportes de
estudiantes suspendidos por oponerse a la homosexualidad, un profesor despedido
por regalar una Biblia a un alumno curioso y el aumento de la intolerancia a
los cristianos.
Un bloguero de The
American Dream escribió en un ensayo: "¿Los cristianos
evangélicos se están convirtiendo rápidamente en una de las minorías más
odiadas en EU?".
Joe Carter, editor de la revista
evangélica en línea The Gospel Coalition,escribió un post titulado: A
debate: ¿la Iglesia cristiana es un ‘grupo de odio’?. Advirtió que los
jóvenes abandonarán las iglesias cristianas ortodoxas que enseñan que la
homosexualidad es un pecado por miedo a ser calificados como intolerantes.
"Falsa civilidad, vergüenza,
mojigatez y miedo a expresar una opinión impopular ha causado que muchos
cristianos se abstengan de explicar cómo la conducta homosexual destruye
vidas", escribió Carter.
Algunos cristianos temen que por
su oposición a la homosexualidad sean despedidos de sus trabajos. "Es más
fácil seguir la corriente", dice Carter, autor de How to Argue
Like Jesus. "No quieres ser parte de los intolerantes. Esa es una
palabra poderosa".
El tribalismo intelectual
Edward Johnson, profesor de
Comunicación en la Universidad Campbell, de Carolina del Norte, dice que ahora
vivimos una era “posmoderna” donde todo es relativo y no hay una verdad
universal aceptada. Es un ambiente en el que cualquier que diga “esto es malo”
y “esto es bueno” es calificado como intolerante, explica.
Hubo un tiempo en el que una
persona podía decir abiertamente que la homosexualidad estaba mal y la gente lo
consideraba como una postura sin enojo, dice. Ahora, la gente ha transitado
hacia un tribalismo intelectual donde la única cosa aceptable es la perspectiva
de su tribu.
“Son incapaces de comprender que
alguien puede tener un punto de vista distinto del suyo”, dice Johnson. “Para
ellos, cualquiera que se atreva a cuestionar el dogma de su tribu solo puede
hacerlo por odio”.
Sprigg, del Consejo de
Investigación de la Familia, dice que la condena hacia la conducta homosexual
no conlleva intolerancia sino un deseo de proteger a los gais de una conducta
dañina.
Datos controversiales
El investigador de Estudios
Políticos escribió en un panfleto del Consejo que el hombre homosexual es más
propenso a cometer abuso sexual infantil que un hombre heterosexual. También
escribió que las tasas de enfermedades de transmisión sexual y mentales son más
altas entre los hombres gais que entre los heterosexuales.
Sprigg dice que no cree que la
homosexualidad sea una opción y que “testimonios personales” y la “experiencia
clínica” muestran que la gente “puede y de hecho cambia de gay a heterosexual”.
“Quizá necesitamos hacer un mejor
trabajo para demostrar que nos motiva el amor cristiano”, dice Sprigg. “El amor
es querer lo mejor para alguien, y actuar por ello”.
Pero Potok coincide poco con el
amor del cual habla Sprigg. Lo califica como odio y levanta la voz cuando habla
de las posturas de éste y de otros grupos cristianos acerca de que los hombres
gais tienen más predisposición a abusar de niños y que el comportamiento
homosexual es inherentemente dañino.
Dice que el Centro de Leyes de
Pobreza del Sur no designó al Consejo de Investigación de la Familia como un
grupo de odio por su visión sobre la homosexualidad como un pecado o su
oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. Hay muchos grupos
cristianos que tienen esas creencias que no son grupos de odio.
Una organización se convierte en
un grupo de odio cuando ataca y calumnia a un sector de la población por sus
“características inmutables”, dice Potok. El Consejo difunde premisas falsas
sobre los gais y las lesbianas, como el hecho de que los hombres homosexuales
tienen más posibilidades de cometer abuso sexual infantil.
“Eso es una mentira”, dice Potok.
“Ellos están inmersos en una estricta difamación de un gran grupo de personas.
En Estados Unidos no hay muchas cosas peores que decir que alguien es un
abusador de niños”.
Potok se burla de la posibilidad
de que el Consejo y otros grupos evangélicos antigay sean víctimas
intolerancia.
“Esas son quejas de parte de la
gente que pasa sus días y noches atacando a la gente gay, y (luego) algunas
personas los critican y eso no les gusta”, dice. “Eso es patético. Me recuerda
a los propietarios de esclavos diciendo que la gente habla cosas horribles
sobre ellos”.
Lo que la Biblia dice
Qué hay de la afirmación
evangélica “no odiamos al pecador, solo al pecado”. ¿Eso es visto como un
discurso de odio respecto a la homosexualidad?
Hay algunos que dicen que no
puedes odiar el pecado y amar al pecador porque ser homosexual es definido como
el comportamiento sexual de una persona; es quien eres.
“La mayoría de la gente que se
identifica como gay o lesbiana dice 'no es una acción que elijo; esto es lo que
soy'”, dice Timothy Beal, autor deThe Rise and Fall of the Bible: The
Unexpected History of an Accidental Book.
Beal, un profesor de Religión de la
Universidad Case Western, en Ohio, dice que debe ser difícil para cualquier
cristiano declarar inequívocamente que la Biblia se opone a la homosexualidad
porque el libro no expone ninguna postura sobre el tema. Es una afirmación con
la cual muchos académicos y líderes protestantes concuerdan.
Algunas personas citan que las
escrituras del Viejo Testamento condenan la homosexualidad, como en Levítico
18:22: “Si un hombre se acuesta con un hombre como con una mujer, ambos han
cometido un acto abominable”.
Pero otros cristianos no creen
que estén atados al Antiguo Testamento. También hay quienes citan escrituras
del Nuevo Testamento, como Romanos 1:26-27: “Incluso sus mujeres cambiaron
relaciones sexuales natural por otras innaturales. De la misma forma, los hombres
abandonaron las relaciones naturales con mujeres y fueron inflamados con
lujuria por otros. Hombres cometiendo actos vergonzosos con otros
hombres…".
Beal, sin embargo, dijo que Jesús
mencionó poco sobre el sexo. Y el apóstol Pablo, quien escribió Romanos,
probablemente se refería a la prostitución masculina y a los hombres teniendo
relaciones sexuales con muchachos, una práctica en el mundo grecorromano.
"Pablo no entiende la
genética y la orientación sexual de la forma en que nosotros la entendemos
ahora, como algo mucho más que una elección", dice Beal.
Algunos evangelistas dicen que
los cristianos no pueden cambiar su visión de la verdad bíblica porque los
tiempos cambian. Pero los académicos afirman que se puede transformar y que los
cristianos lo hacen todo el tiempo.
Negar la posibilidad de una mujer
para predicar en una iglesia estaba justificado por escrituras como Timoteo
2:11-12. “…Y no permito que una mujer enseñe o asuma la autoridad sobre un
hombre; ella debe ser tranquila”. Pero muchas iglesias han abandonado esa
enseñanza y algunos académicos afirman que una mujer presidió la primera
ceremonia cristiana, cuando María Magdalena proclamó que Jesús había ascendido
al cielo.
Los esclavistas del siglo XIX en
América justificaron la esclavitud a través de una lectura literal de la
Biblia, citando a Tito 2:9-10. “Enseña a los esclavos a ser sujetos de sus
maestros en todo”. Y el antisemitismo fue justificado por las acusaciones de
que los judíos mataron a Jesús, según Mateo 27: 25-26. “Dejen que su sangre
esté sobre nosotros y sobre nuestros niños”.
Litfin, del Instituto Moody
Bible, reconoció que la Biblia alguna vez permitió la esclavitud, pero dijo que
la práctica era una “expresión cultural” que cambió con el tiempo.
Oponerse al matrimonio gay
Los evangélicos que se oponen al
matrimonio entre personas del mismo sexo citando a la Biblia se encuentran
sobre un terreno más sólido, dice.
“El matrimonio es una institución
universal y atemporal que Dios estableció para el máximo florecimiento humano.
Lo estableció en el primer libro de la Biblia con la historia de Adán y Eva. Es
consistente a través de toda la Biblia… el matrimonio es en una categoría muy
distinta que esas cosas culturales”.
Las confrontaciones públicas
sobre la postura de la Biblia ante la homosexualidad rara vez cambian la
opinión de la gente. Lo que cambia es cuando la gente llega a conocer a
personas gais o lesbianas en un nivel de amistad y escucha sus historias,
afirma Beal, autor de The Rise and Fall of the Bible.
“Si te abres a esa otra persona
genuinamente, básicamente llegas a un punto donde tienes que sacrificarlos por
tu ideología o abrir tu ideología para hacerla un lugar más hospitalario para
ellos”, dice Beal.
Un pastor cristiano que es gay
afirmó que el escándalo sobre el comentarista de ESPN que el
incidente de hecho puede ser positivo, porque los debates ayudan a solucionar
disputas morales.
“Lo que nos parece anticuado y
como un prejuicio ahora fue alguna vez un asunto disputado que requirió un
debate”, dice el reverendo Richard McCarty, ministro del a Iglesia Unida de
Cristo y profesor de estudios religiosos en la Universidad Mercyhurst en
Pennsylvania.
Hasta que el debate sobre la
homosexualidad se encuentre solucionado —si esto alguna vez sucede— hay muchos
evangélicos cristianos que se sentirán forzados a permanecer en el closet.
Carter, el bloguero evangélico,
dice que ve un día en el que cualquier iglesia que predique contra la
homosexualidad será marginalizada. Justo cuando muchas iglesias ahora aceptan
el divorcio, aceptarán las prácticas sexuales que consideran pecaminosas, según
Carter.
“Está llegando al punto en que
las iglesias no van a decir que cualquier alguna actividad sexual está mal”,
dijo.
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