sábado, 21 de noviembre de 2009

Religión Mundial - Autoridad vaticana explica que paso de anglicanos es fruto de auténtico ecumenismo



ROMA, 20 Nov. 09 / 05:02 pm (ACI)




Cardenal Walter Kasper, Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos

El Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, explicó que el paso de muchos anglicanos a la Iglesia Católica es fruto del auténtico ecumenismo impulsado desde el Concilio Vaticano II.
A pocas horas del anunciado encuentro entre el Papa Benedicto XVI y el líder de la iglesia anglicana, Rowan Williams, el Purpurado se refirió a la apertura de la Iglesia Católica a los anglicanos que han solicitado ingresar en ella durante un acto académico en Roma.
El Cardenal Kasper manifestó que el ecumenismo no es una "opción" que la Iglesia puede aceptar o rechazar sino que "es nuestro sagrado deber".
"El ecumenismo no es un apéndice de nuestras obligaciones pastorales o un artículo de lujo. Los principios del decreto del Concilio Vaticano II 'Unitatis redintegratio', es decir el ecumenismo en verdad y amor son validos también para el futuro. Este decreto es la Carta Magna de nuestro viaje ecuménico hacia el futuro", explicó.
El decreto "Unitatis redintegratio' precisa que "promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II".
"Si llega a buen puerto (el paso de los anglicanos) no se tratará de un nuevo ecumenismo, como se ha dicho. Al contrario, ello se ha producido exactamente en conformidad con el 'Unitatis redintegratio', que distingue claramente entre conversiones, de una parte, y ecumenismo como diálogo con las otras iglesias con el objetivo de una plena comunión (unidad)", indicó el Cardenal Kasper.
Reiteró que no se trata "de un nuevo ecumenismo", sino fruto de los diálogos ecuménicos de los últimos decenios, un fuerte impulso a proseguir en nuestro compromiso ecuménico".

Apocalipsis 17

Condenación de la gran ramera 1 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y habló conmigo, diciendo: «Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas.
2 Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación».
3 Me llevó en el Espíritu al desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas,y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación.
5 En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra».
6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús.
Cuando la vi quedé asombrado con gran asombro.
7 El ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.
8 La bestia que has visto era y no es, y está para subir del abismo e ir a perdición. Los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.
9 »Esto, para la mente que tenga sabiduría:
Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer.

( Roma )



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